Mar de estrellas
La luna y las estrellas flotan en un mar de amanecer. Los colores de los rayos del sol inundan la estancia y las algas se mueven con el vaivén de las olas, dejándose mecer por la corriente suave. Los peces de la noche se mueven por el agua, deslizándose entre el polvo de estrellas que se disuelve en el amanecer. La obra presenta una transición de la noche al día, mezclando colores cálidos con el frío azul de la noche. Se presenta el amanecer en el mar y las algas, mientras que las estrellas y los peces presentan la noche. Los colores complementarios crean un ambiente de armonía donde pueden convivir los opuestos y convertirse en uno solo. El mural está inspirando en la sensación de paz que se siente cuando se flota en el mar en calma: las olas mecen al cuerpo, manteniéndolo a flote y permitiéndole que se relaje. Es la sensación que tenemos cuando estamos despertando, este limbo entre el dormir y el despertar, donde el sueño y la realidad se funden. Cuando despertamos el mundo del inconsciente comienza a fundirse con el nuevo día, como el polvo de estrella con el mar. Al levantarnos y comenzar el día no olvidamos la noche, son complementarios y se fusionan para mantenernos en un ciclo.